Hablas en público cada día, aunque no te des cuenta

Hablas en público cuando intervienes en una reunión, cuando explicas algo a tu equipo, cuando presentas un proyecto, cuando grabas un video, cuando contestas una entrevista, cuando opinas en la tertulia del café…

Hablar en público no es una actividad reservada a ponentes magistrales, a gurús carismáticos, a futbolistas en rueda de prensa o a políticos en actos electorales. No. Hablar en público es algo que hacemos todos, aunque no lo percibamos como algo formal y planificado, trascendente.

Por eso, hay muchas personas que creen que no es necesario dominar la oratoria porque nunca van a estar detrás de un atril, delante una cámara o dando una clase.

Pero la habilidad para hablar en público sirve para mucho más que para pronunciar un buen discurso. Te permite conocer las cualidades del lenguaje, expresarte con claridad, dominar herramientas de persuasión, llegar al corazón de las personas, influir…

Nos hace más cultos, más observadores, más inteligentes. Desarrolla nuestro pensamiento crítico y podemos analizar las técnicas que utilizan otros para convencernos, manipularnos. 

Es como estudiar matemáticas: quizás nunca te dedicarás profesionalmente a esta ciencia, pero estimulan tu curiosidad, estructuran tu pensamiento, contribuyen a la agilidad mental…

Hablar, hablamos todos. Otra cosa es la capacidad que tenemos para comunicarnos y conectar con los demás. Y esta habilidad se puede aprender, desarrollar, entrenar.

 Y lo podemos aplicar a una conversación corriente o a un evento especial.

 El potencial para hablar bien en público lo tenemos todos. Lo que podemos añadirle para asegurarnos el éxito es:

  • método para preparar los mensajes
  • actitud adecuada para conectar con los receptores
  • dominio de las técnicas de persuasión
  • habilidades para expresarte con naturalidad

Hagas lo que hagas, estas herramientas te serán de utilidad.

 

 

 

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