Saber decir Si. Saber decir NO. Las dos caras de la autoconfianza

Rechazar y aceptar. Dos gestos que van moldeando tu vida sin darte cuenta.

📌 𝗥𝗲𝗰𝗵𝗮𝘇𝗮𝗿

Saber decir NO a una petición inadecuada, a una propuesta que no te conviene, parar los pies a quien quiere aprovecharse de ti… son muestra de autoestima y de respeto hacia uno mismo.

En el trabajo, cuando te piden extras y favores que crees que no deberías hacer y cuando te dan tareas que no son tu responsabilidad, que te hacen perder tiempo o que te apartan de los objetivos de tu proyecto, 𝗹𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗱𝗮𝘀 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗿 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿𝗼𝗺𝗶𝘀𝗼, por miedo a que te juzguen mal o por no entrar en conflicto con alguien.

Muchas veces contestamos con «No puedo porque tengo festival del cole de mi niño. Si no, te lo haría, ¿eh?». Eso es realmente un sí. Porque la otra persona piensa que otro día aceptarás y te lo volverá a pedir.

Decimos NO débil desde la necesidad de obedecer y servir, de no ser vistos como egoístas u holgazanes. No lo expresamos desde nuestra identidad, la seguridad de nuestros valores, la confianza en nosotros mismos como profesionales.

Lo que deberíamos contestar para autoafirmarnos es:

👉🏻 𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘵𝘢𝘳𝘦𝘢 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘴𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥. 𝘏𝘢𝘺 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘨𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰.
👉🏻 𝘈 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘪𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 6 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘵𝘢𝘳𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘥𝘪𝘤𝘰 𝘮𝘪 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘢 𝘮𝘪 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢.

Estas dos respuestas sólo son posibles si tienes claro tu valor, el valor de tu tiempo. No aceptarás «non promotable tasks» y tampoco pensarás que dejarán de considerarte por defender tus derechos y principios. Si tú valoras lo que aportas durante la jornada laboral, defiéndelo. Regalar tareas o tiempo puede llegar a ser una forma de admitir que tu trabajo no es suficiente.

𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗿

Saber decir SÍ  a una propuesta que te hace crecer, a una tarea de más responsabilidad y que aportará algo significativo a la organización, para la que estás especialmente preparado… es también una muestra de seguridad, de confianza.

Cuando te ofrecen una promoción, liderar un proyecto, representar a la marca… valoramos los pros y los contras, decidimos según nuestros objetivos, calibramos las repercusiones que esto puede tener para nosotros y para la empresa.

El riesgo aquí es decir NO cuando nos convendría decir SÍ. Decir NO por no creernos capaces, preparados, brillantes. Por miedo a fracasar, para no generar envidias. Por el Síndrome del impostor.

Decir No y decir SÍ es una habilidad esencial para liderar nuestra carrera. Marcará nuestra vida y la de nuestra familia.

Es importante desarrollar este talento, que yace en unos #valores sólidos, unos #objetivos claros, y unas #habilidades de #comunicación bien entrenadas.

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