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Dejadme tener la edad que tengo

Ya han pasado 6 meses desde que decidí no teñirme más. Mi raíz blanca va creciendo y, según me dice algún gracioso, parezco Cruella de Vil.

He grabado mis videos de You Tube semanales, he impartido conferencias en 4 países distintos, he asistido a eventos, he ido por la calle y no ha pasado nada. Cada día estoy más feliz de haber tomado esta decisión.

Y comparto con miles de mujeres que lo han hecho antes que yo la sensación de liberación. Y no es una cuestión económica o de tiempo, sino la reconciliación con la edad, la aceptación de los cambios físicos. Y es reivindicación del atractivo de la mujer madura, igual que del hombre maduro.

Los miles de comentarios que he recibido en las redes son dignos de analizar en una tesis doctoral. Mayoría aplastante de apoyo: felicitaciones, elogios, admiración, ánimo… Muchas mujeres se implican en la conversación hasta tal punto que me defienden de los comentarios negativos.

Pero también ha habido reacciones críticas. No de haters o de trolls, sino de seguidores que, casi siempre con cariño, me advierten de lo negativo de este cambio y me aconsejan que vuelva al tinte. Me dicen:

– 𝑇𝑢́, 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑟. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑦𝑜, 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑙𝑙𝑎. 𝑆𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑎𝑟𝑟𝑒𝑔𝑙𝑎𝑑𝑎.
– 𝑇𝑒𝑟𝑒𝑠𝑎: 𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑠 𝑒𝑐ℎ𝑎𝑑𝑜 15 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑒𝑛𝑐𝑖𝑚𝑎.
– ¿𝑄𝑢𝑒́ 𝑝𝑎𝑠𝑜́ 𝑐𝑜𝑛 𝑡𝑢 𝑚𝑒𝑙𝑒𝑛𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑢𝑐𝑖́𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑇𝑉𝐸? 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎𝑠 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟.
– 𝐿𝑎𝑠 𝑐𝑎𝑛𝑎𝑠 𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑛 𝑚𝑎́𝑠 𝑣𝑖𝑒𝑗𝑎.
– 𝑉𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑎𝑙 𝑛𝑒𝑔𝑟𝑜, 𝑡𝑒 𝑣𝑒𝑟𝑎́𝑠 𝑚𝑎́𝑠 𝑗𝑜𝑣𝑒𝑛.
– …

¿Es malo ser vieja? Llegar a esta edad -y a más- es una alegría, una satisfacción y un momento de plenitud. ¿Hay que esconderlo?

Que cada una haga lo que la hace sentir mejor.

Nos cuidamos, nos arreglamos, buscaremos nuestra mejor versión. Pero sin obsesión por aparentar lo que ya no somos. Todos los esfuerzos y recursos que dedicamos a disimular la edad son inútiles, aunque queramos autoengañarnos y engañar a los demás.

Agradezco a Andie McDowell su poderosa y sencilla frase.

Las famosas que se han caracterizado por su belleza, también envejecen. ¡Qué esclavitud tener que mantener una imagen que nunca más será posible, que ha quedado sólo en las redes, en el cine, en las revistas, en la mente de los espectadores! Pero que ya no está.

¡Hace unos días, me encontré esta noticia en la revista colombiana de economía ❞𝙎𝙚𝙢𝙖𝙣𝙖❞ y pensé “Chapeau!».

Estoy segura de que Andie está feliz desde que se dijo a si misma y al mundo ❞𝙌𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙨𝙚𝙧 𝙫𝙞𝙚𝙟𝙖❞. Y yo se lo agradezco por ser un modelo (ya no de una marca de tinte) de una actitud vital que nos da seguridad en nosotras mismas y nos valora por muchas otras virtudes más allá de la belleza de la juventud.

𝙀𝙡 𝙙𝙞́𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙘𝙚𝙥𝙩𝙖𝙨 𝙡𝙖 𝙚𝙙𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚𝙨 𝙚𝙢𝙥𝙞𝙚𝙯𝙖𝙨 𝙖 𝙫𝙞𝙫𝙞𝙧.

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