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El derecho y el deber de cambiar de opinión

Muchos líderes piensan que tienen que mostrar seguridad, determinación, fidelidad a sus principios y decisiones a toda costa.

Cuanto más alto es el puesto, más se aferran a sus decisiones, a las palabras pronunciadas y a su imagen pública. Esto pasa con frecuencia en líderes políticos, especialmente los absolutistas, que rara vez reconocen sus errores y es difícil que corrijan un rumbo trazado porque, aunque causen una tragedia colosal, lo más importante para ellos es llevar la razón y demostrar que cumplen con su «promesa», a veces «amenaza». (Seguro que nos viene hoy a la cabeza el ejemplo de Putin.)

Pero en un mundo que cambia a tanta velocidad, una de las cualidades del liderazgo es precisamente la capacidad de cambiar de opinión, de rectificar un paso en falso, de modificar el rumbo según se avanza.

Cualquiera de nosotros, hoy, necesita esta #flexibilidad mental para poder adaptarse, sobrevivir y ser mínimamente feliz. No se trata de renunciar a tus principios, de traicionar tus valores o renegar de tu identidad. Se trata, simplemente, de tener una capacidad para cambiar de opinión y actuar en consecuencia.

Para ello se necesita:

➡️ 𝗖𝗮𝗽𝗮𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗮𝗻𝗮́𝗹𝗶𝘀𝗶𝘀. Porque el cambio de opinión no depende de la dirección del

viento sino de unas razones estudiadas y maduradas.

➡️ 𝗩𝗶𝘀𝗶𝗼́𝗻. Para prever nuevos escenarios, para imaginar cambios y nuevos resultados.

➡️ 𝗛𝘂𝗺𝗶𝗹𝗱𝗮𝗱. Porque ante uno mismo y ante los demás (a veces ante todo un país) debemos explicar el cambio de postura y, si es necesario, reconocer errores.

➡️ 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗹𝗶𝗴𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗲𝗺𝗼𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹. Para gestionar inseguridades, decepciones, miedos, orgullo… y enfrentarse a las críticas y reacciones adversas.

➡️ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻. Porque necesita herramientas y habilidades para gestionar el cambio en el equipo y en todo el entorno afectado.

Las personas incapaces de cambiar su punto de vista cuando la realidad está siempre en movimiento se bloquean a sí mismas. Pero lo peor es que impiden evolucionar a otros que, muchas veces, están a expensas de sus decisiones.

Por ello, como padres, maestros, profesionales, directivos, nos tenemos que entrenar en esta habilidad de cambiar de opinión y en la habilidad para admitirlo y gestionar el #cambio.

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