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Los gestos de reconciliación

Los conflictos entre personas tienen su lenguaje no verbal. ¿Cómo puedes iniciar una reconciliación tras una pelea? ¿Qué señales te indican que puedes proceder al acercamiento para sanar la relación?
Podríamos vivir sin conflictos o evitar la mayoría si fuéramos más hábiles en nuestra comunicación y más inteligentes emocionalmente, pero parece inevitable que en algún momento de la vida surja un enfrentamiento con otra persona. Una vez haya pasado la discusión, hay que hacer lo posible para restablecer el buen tono en esa relación, ya sea de pareja, familiar, laboral o vecinal.
El momento oportuno
Puede pasar que quieras con toda tu alma recuperar la comunicación con el compañero, la pareja o el hermano con quien te has peleado y no sepas cómo hacerlo. Hay personas más hábiles que otras leyendo las señales de acercamiento.
Los hay que esperan a que sea el otro quien dé el primer paso y aunque los dos quieren nunca se van a reencontrar. Y otros sí dan el paso pero acaban siendo demasiado bruscos e invasivos en el intento y empeoran todavía más las cosas porque no se dan cuenta de que la otra persona todavía no está preparada para reconciliarse.
Lo más importante a la hora de iniciar la reconciliación es encontrar el momento oportuno: hay que leer las señales de acercamiento del otro para reanudar la relación.
Fases de un enfrentamiento
Conocer el lenguaje no verbal característico de las fases típicas de un enfrentamiento nos ayudará a iniciar una reconciliación que acabe de forma exitosa.

  1. Conflicto: discusión, enfrentamiento, pelea (incluso física en casos extremos: entre hermanos, compañeros de colegio, etc.). Esta fase se caracteriza por la comunicación no verbal siguiente:
  • expresión de energía alta
  • tono de voz elevado y enérgico
  • cuerpo hacia delante
  • gesticulación contundente y acusadora
  • contacto visual
  • mirada agresiva
  • risa o sonrisa irónica
  • expresiones del rostro irónicas o sarcásticas
  • gestos de desconfianza
  • gestos defensivos y de cierre

Con todo esto se llega a la ruptura y hay un momento en que la expresión exterior del enfrentamiento cesa porque la pelea es agotadora y no puede durar siempre.

  1. Hielo: las dos partes implicadas en el conflicto se evitan, y se da lo siguiente:
  • silencio
  • distancia física
  • no hay contacto
  • espalda contra espalda
  • ausencia de mirada
  • ausencia de sonrisa
  • evitación

En esta fase, el tiempo es un factor fundamental. Es positivo dejar enfriar la explosión inicial y tomarse un tiempo para reflexionar, pero si este periodo es excesivo cada vez será más difícil recuperar una buena relación. Puede que pasen los días, semanas o años y el conflicto siga ahí escondido. Esto es lo que a veces pasa en las familias y nunca se reanuda el contacto porque no llega el momento de hacer las paces.

  1. Deshielo: las partes en conflicto empiezan a enviar señales de predisposición a la comunicación pacífica, como por ejemplo:
  • ruptura del silencio
  • apertura del canal visual
  • miradas de tanteo
  • acercamiento físico
  • cambio de posición corporal (va girando el cuerpo)
  • tono de voz suave
  • señales sutiles de reanudación
  • aumento de la presencia
  • contacto físico fortuito
  • gestos de buena voluntad (regalo, ayuda…)
  • sonrisa

Si de verdad quieres salvar la relación con la persona a quien te has enfrentado, tendrás que dar el paso, si la otra parte no se adelanta. A veces no es fácil y no sabes ni cómo empezar, pero es importante partir de la voluntad de arreglar las cosas, de ceder y negociar, de reconocer errores propios y perdonar los ajenos. Es el momento también en que uno está dispuesto a disculparse y a pedir perdón, con humildad y arrepentimiento. Si no es partiendo de esta actitud sincera, será difícil conseguir una relación satisfactoria para ambas partes. La actitud y la comunicación no verbal tienen que ser una muestra de ello.

  1. Armonía: el conflicto se ha resuelto satisfactoriamente y hemos conseguido la reconciliación con la persona con quien nos peleamos. La relación entra en la normalidad.

Errores a evitar
Es difícil pasar directamente del conflicto al deshielo. Si estamos muy alterados los gestos de acercamiento no nos salen. O si alguien intenta hacerlos, el otro no los recibe bien porque no es el momento oportuno.
Raramente triunfaremos en el intento de reconciliación si iniciamos el acercamiento como si no hubiera pasado nada, con un tono de voz alegre, incluso con arrogancia o tratando al otro  de tonto o de demasiado sensible. También hay que evitar hacer sentir culpable a la otra persona. Debemos ser humildes y aceptar que las dos partes tenemos responsabilidad por haber regañado.
Hay quien dice que lo bueno de las peleas son las reconciliaciones, en especial en el ámbito de la pareja, pero es preferible que no las haya. Si evitamos que los enfrentamientos afecten a nuestra relación conseguiremos un vínculo mucho más sano.
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[button link=»https://www.youtube.com/watch?v=IhL3zsNiLKI» size=»large» target=»_blank» icon=»» color=»alternative-1″ lightbox=»false»]Si quieres descubrir más cosas sobre los gestos de la reconciliación, mira este vídeo del programa A punto con la 2 de TVE (30/5/16).[/button]
 

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