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La comunicación no verbal en la familia

¿Qué pueden hacer los padres para desarrollar en sus hijos el conocimiento de la comunicación no verbal?
Cada vez somos más conscientes de la necesidad de potenciar las habilidades sociales en nuestros hijos porque les facilitamos así un valioso equipaje para el futuro. Y una de las destrezas que forman parte de este conjunto de competencias para el éxito es la comunicación no verbal.
No hay una única forma de hacerlo ni una metodología predeterminada. Durante todo el día tenemos oportunidades para fomentar la observación de las expresiones de los demás, el autoconocimiento y el uso consciente del lenguaje no verbal propio en nuestros hijos, desde los primeros días de su vida.
En la edad más temprana, la estimulación a base de juegos pone la base de habilidades futuras. El bebé puede reconocer distintas emociones en la expresión de sus familiares y las imitará de manera natural.
Durante toda la infancia es importante que los padres hablen de sus propias emociones para que el niño pueda identificarlas rápidamente en sus rostros. Y también porque así él podrá hablar de sus propios sentimientos. Esto facilita una correcta gestión emocional.
Podemos aprovechar el tiempo libre para potenciar más todavía este potencial que tiene cualquier niño.
Algunas propuestas:

  1. Son divertidos los juegos de mímica donde hay que representar un personaje secreto (sheriff, maestro antipático, abuelita cariñosa, etc.) para que los demás lo adivinen. Este juego se puede hacer también interpretando situaciones: me han concedido un premio( tengo que expresar alegría y agradecimiento), me han robado la biclicleta (sorpresa y enfado), veo a un amiguito llorando y quiero consolarlo (se acerca dulcemente, empatiza, intenta animar…).
  2. Con los juegos de teatro o de títeres, a parte de la expresión corporal, trabajarán también los recursos de la voz. Dado que el lenguaje corporal está estrechamente relacionado con el paralenguaje, es una excelente forma de desarrollar las capacidades expresivas de ambos lenguajes.
  3. Fomentar la conversación: una vez al día es conveniente comer juntos. Precisamente alrededor de la mesa se cultivan habilidades muy necesarias en su vida profesional y social futura. La conversación mientras comemos es uno de los rituales sociales más importantes en nuestra cultura y , a parte de las palabras, hay todo un comportamiento no verbal que hay que dominar.
  4. Aprovechar los viajes u otros momentos de ocio para charlar. La charla distendida es una actividad placentera y ejercita las capacidades de comunicación: expresión de emociones, gestión de silencios, gestión del turno de palabra, interpretación correcta de la expresión de los demás…
  5. Facilitarles la participación en eventos familiares y sociales es un buen entrenamiento para que se sientan cada vez más seguros en sociedad. Cuanto más expuestos estén a las interacciones sociales más hábiles serán en el futuro. En primer lugar porque verán a sus padres y hermanos mayores en situaciones reales. En segundo lugar porque es la forma de aprender sobre el terreno lo que funciona y lo que no en las relaciones con los demás. Es importante que tengan la oportunidad de cometer errores de relación social porque es una aprendizaje de un alto valor. Les evitará cometerlos cuando sean adultos y ya no puedan ser disculpados por ello.
  6. Asistir a fiestas infantiles, teatro, conciertos, exposiciones… hacer visitas culturales, alguna salida turística, eventos deportivos. En todas estas situaciones aparecen constantemente ocasiones para comentar la expresión de los demás y para aprender a expresar sus propias emociones. Muchas veces se tratará precisamente de controlar y reprimir sus auténticas emociones o deseos o necesidades. Asistir a ceremonias formales les permitirá distinguir la cnv en distintos registros, no es lo mismo la CNV cuando estamos en casa comiendo una pizza con los amigos o cuando vamos a una ceremonia formal.
  7. Recibir invitados en casa, tanto si son de su edad como si se trata de amigos de los padres o de familiares, les permite relacionarse con personas de distintos grados de confianza, y con desconocidos. Es un buen entrenamiento para superar la timidez que sienten muchos niños y adolescentes.
  8. Desde luego es muy importante que se encuentren en situaciones que son también difíciles para los adultos: dar el pésame, asistir a un funeral, etc. No les hacemos ningún favor evitándoles estos actos, al contrario: el día que tengan que enfrentarse a ello no conocerán los códigos correspondientes.
  9. Viajar es una de las mejores formas de aprender, de vivir de primera mano otras costumbres, otras formas de ser y de expresarse. Pasar del campo a la ciudad ya es una experiencia y viceversa, porque los comportamientos tienen diferencias importantes. Y claro, viajar a otros países y a otras culturas nos permite conocer otras formas de comunicarse no verbalmente. Porque el lenguaje de los gestos no es universal en su totalidad sino que varía en cada cultura. Viajar, a parte de enriquecerles como comunicadores, les hará mucho más abiertos y tolerantes.
  10. También podemos viajar a otras culturas sin movernos del país. Relacionarnos con personas de otras culturas en la escuela, en los deportes o en actividades del barrio es una forma de enriquecer nuestra cultura no verbal.

Conclusión
El aprendizaje del comportamiento no verbal en la infancia ayuda a desarrollar habilidades en tres grandes ámbitos de la vida:
   • gestión emocional
   • habilidades de comunicación
   • saber estar
Los tres son fundamentales para una vida adulta en plenitud con uno mismo y con los que nos rodean.

Accede al vídeo de Para Todos la 2 sobre la comunicación no verbal en la familia

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